lunes, 30 de junio de 2008

LA CUENTA DEL OTARIO




Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado,
no me importa lo que has hecho, lo que haces,
ni lo que haráslos favores recibido creo habértelos pagado
y si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado,
en la Cuenta del Otario si querés se la cargas.


Celedonio Flores – Carlos Gardel (Racinguista) (1920)


Racing se va a quedar en Primera División. Luego de 180 minutos acordes a su sufrida historia, La Vieja Academia, ante una multitud desbordada, mantuvo su plaza en la máxima categoría.

¿Hay mucho para festejar? Evidentemente, no. Más allá de la sensiblería mediática. Impostada por aquellos mismos actores mediático-económicos que fueron cómplices del vaciamiento, Racing va a pagar carísimo la aventura del gerenciamiento.

Desde 2005, con la falta de liquidez de la empresa, comenzó la debacle empresarial. El cóctel de mecenas de dudosa laya y jugadores de escaso vuelo le deja a quienes agarren el club un cóctel explosivo.

A ver:

¿Recuerdan la famosa “Casa de Racing”? Un emprendimiento de BC y Petrobrás. Donde funcionaba la mítica confitería “El Hongo”, desde 2004 se emplazó una especie de pensión supermoderna donde se desarrollarían los futuros cracks académicos. La realidad es que, desde hace tiempo, los chicos surgidos de esa bendita casa le pertenecen al club. Sus pases tienen distintos dueños: BC o empresarios que le acercaron efectivo a las magras arcas de la empresa, la cual le pagó con porcentajes de los juveniles o con los pases enteros.

Hablando de juveniles. José Schaffer, uno de los pibes que puso con más ímpetu la cara por Racing, está cobrando un sueldo escasísimo para un jugador de Primera División: 3.000$. Le pasa plata a su familia y vive en una modestísima pensión. Son detalles, ¿vió?

Si bien Schaffer apenas llega a fin de mes y vive modestamente, en su momento, Fernando Marín, primer gerenciador del club, blanqueó una situación cuanto menos extraña: Por 2002, BC distribuía una revista a los hinchas y asociados. Entre entrevistas anodinas y publicidades oficiales, se publicaba una especie de “balance económico”. Extraño era ver una inversión de aproximados 300.000$ en el “campo de entrenamiento del plantel profesional”. Los hinchas imaginaron que el “Predio Tita”, levantado con amor y esfuerzo, recibía una importante inyección económica acorde a las necesidades de un grande. Triste es la realidad. Racing entrenaba en el predio “Mis Marías”, quinta de esparcimiento de la familia Marín.

El pibe que da la cara a la pensión, el magnate suma comodidades.

Pero tan horripilante fue la gestión de Fernando De Tomaso, que Fernando Marín parece, a la distancia, un gran administrador.

Recordemos juntos algunas bellezas de la gestión de Fernando II

Racing 3G (tercer grande). Por una milagrosa operación marketinera modernosa, La Academia iba a posicionarse como el tercer grande del fútbol argentino. Esto fue dicho en 2006, cuando la delantera de Racing era conformada por Chino Luna y Lucas Valdemarín.
Devolución del abono a plateas 2007. Si Racing no ingresaba a ninguna copa finalizada la temporada 2006/07, la empresa devolvía el valor de los abonos a sus asociados. Cuando los socios hacían fila para cobrar centavo por centavo, BC cambió las reglas de juego al declarar que “el dinero será reintegrado para abonos de la temporada 2007/08”.
Deudas atrasadas,eternas e impagables. Si algo, supuestamente, debía manejar en forma correcta el gerenciamiento rentado, eran los números. Que la función del empresariado es generar divisas, no está mal. Ahora cuando los empresarios no sólo no las generan, sino que acumulan deudas, las cosas van mal. La gerenciadora mantiene cuantiosas deudas con la mayoría de los jugadores que pasaron por el club desde 2006.

¿Y cómo sigue la vida en Racing?

Difícil saberlo…

Seguramente el interventor del club le baje el pulgar definitivamente a BC. Pero el Racing Club Asociación Civil, debido a una de las tantas modificaciones del contrato de gerenciamiento, es SOCIO SOLIDARIO de BC.

Por lo tanto…

Supuestamente, BC tendría que estar pagando la última cuota de la deuda original de Racing Club, pero es el mismo club que deberá absorber el pasivo de la empresa, que seguramente pedira la quiebra. El pasivo de BC se estima en 30 millones de pesos.

30 Palos con los cuales no podrá contar con el dinero que ingresó al club por los pases de Marcelo Delgado y Albano Bizarri (5.000.000 dolares aprox), que se encuentran a cargo del Juez Gorostegui, y es difícil que los libere.

Tampoco podrá vender el que sería su mayor capital: los jugadores del club. Como vimos, los mismos pertenecen a diversos empresarios, algunos hasta a Fernando De Tomaso.

En 1982, Domingo Cavallo, como Presidente del Banco Central, estatizó la deuda privada, la deuda de la tablita de Martínez de Hoz y la Plata Dulce. Hoy, si se normaliza el club, los hinchas y socios tendrían que hacerse cargo de BC. Ergo, la deuda privada.

Evidentemente, y como siempre, el único capital que tiene Racing es su maravillosa hinchada. Qué como siempre, y más que nunca, va a tener que garpar la cuenta del Otario.

De Carlos Aira
Para www.xenen.com.ar

lunes, 23 de junio de 2008

Puro amor futbolero.

En las academias de periodismo enseñan algo que, dicen, es esencial: no escribir en primera persona. La despersonalización del escriba forma parte de los tiempos mediáticos: los periodistas editorializan tendencias mediáticas, nunca pareceres o sentimientos. Sepan disculparse entonces, ésta licencia profesional.

Voy a abusar de ustedes y pedir una segunda licencia. Es que en un mundo donde todos dicen ser “independientes (¿TN?) u “objetivos”, me niego a levantar esas banderas. Respondo claramente a lineamientos sociales y dentro de mi mirada, soy un fanático de la subjetividad. Hace una docena de años que levanto la voz en distintos medios radiales hablando de fóbal, y nunca escondí mis dos amores: Racing y Sarmiento de Junín.

No soy un hincha mediático. No sólo respeto la camiseta de enfrente, sino que al colega que la viste la considero un par. Un compañero de tablón. No me sumo a las imbéciles campañas mediáticas de “No a la Violencia” mientras hacen todo lo posible para alejar a los hinchas de su hábitat natural: los estadios. Siempre es mejor la paz de los cementerios. Todos en casa, consumiendo, viendo el partido codificado. El abrazo de gol con el desconocido, la subjetividad de enfocar la mirada donde uno quiera, no donde lo requiera el director de cámaras o el viaje a un estadio donde se comparten alegrías, temores y esperanzas con perfectos desconocidos, todo eso no cuenta para “La Industria del Entretenimiento” que maneja el fobal…

¿Che Carlos, toda ésta intro para decir que?

Para comentarles lo que me sucedió ayer domingo. Desde hace años colaboro con las transmisiones de “Esperanza Racinguista” AM 970. Como se imaginarán, desde hace tiempo soy conciente de la situación real del viejo Racing. De su descalabró futbolístico, económico, de las pequeñas y las grandes miserias. Evidentemente, la posibilidad de promocionar no me tomó de sorpresa.

Finalizado el partido. Volviendo en el 15, echo un bollito en el asiento, me puse a recordar imágenes de mi niñez-adolescencia. La tarde que en cancha de Español, con el partido ya ganado, no me quise ir de la cancha hasta que el Toti Iglesias, mi ídolo, no convirtiera un gol, que finalmente señaló y lo fue a festejar cerca de donde estabamos nosotros (¿no me lo habrá dedicado a mi?), recordé cuando con Mariano, ese amigazo racinguista que me dio la vida, escondíamos una radio en una manga del saco para escuchar un partido ante Estudiantes. Sin importancia para la tabla y el negocio futbolero de entonces, pero que era vital para nuestros jóvenes corazones racinguistas…

Y los recuerdos caían, caían, caían, como agua desbordada en una catarata.

Y me encontré moqueando. Sollozando. Humedecido.

¿Y por qué?

Me costó encontrar la razón. soy conciente que cuando un objeto, empresa, club o cualquier cosa que deja de ser negocio, el mismo sistema lo manda a pique. Y mi querido Racing se fue a pique. Con ella su historia, su grandeza, su dignidad todo en nombre de la atomización privatizadora propuesta por Blanquiceleste. Soy conciente de todo eso, pero igual se me piantaba un lagrimón. ¿y sabés porque? Porque el que lloraba no era el grandulón de más de 30…el que moqueaba era el pendejo de puro amor tribunero que todavía habita en éste cuerpo, al cual le robaron el juego, la pasión, el sentimiento, todo en nombre de “La Industria del Entretenimiento” y que se niega, el muy ingenuo, a pensar que su Racing gerenciado, es sólo una sombra de ese enorme monstruo de amor que conoció de purrete.

De Carlos Aira
Para www.xenen.com.ar

jueves, 19 de junio de 2008

EL SUBCAMPEON QUE DESCENDIÓ




Quilmes AC protagonizó un hecho singular en la historiade nuestro fútbol: se consagró subcampeón y descendió en un mismo año. Fue la gran revelación del Nacional 82;Descendió en una oscura definición en el Metro.






Nadie se lo hubiera imaginado. Ni el más pesimista del barrio. Ya había finalizado la resaca que significó consagrarse en el Metro ´78. Algunos de aquellos héroes de bronce cervecero aúnvestían la camiseta blanca, pero el descenso de 1980 todavíalaceraba a la sufrida hinchada blanca. 1982 fue el año de regreso a Primera. En aquel año, por primeravez el Nacional se jugaba antes que el Metro, lo que era un aliviopara clubes recién ascendidos como Quilmes, que veían la posibilidad de medir fuerzas en la categoría, sin pensar en el descenso.








EL NACIONAL




Al cervecero le toca el Grupo A, que en la previa era el másdébil de todos. Compartía grupo junto a un River de pésimo momento institucional y futbolístico, al díficil Newell´s, Instituto de Córdoba, Sarmiento de Junín, el también ascendido NuevaChicago y los representantes del interior: IndependienteRivadavia de Mendoza y Gimnasia de Jujuy. El torneo comenzó con empate en Córdoba ante Instituto,y luego de algunos resultados interesantes hasta que en la6ta fecha, Quilmes venció 3-2 a River en el Monumental, congoles de Milozzi (penal), Mané Ponce y Lorea, todos en el primer tiempo. El recién ascendido sacaba chapa para pasara octavos. El invicto se iba a perder recién en la 8va jornada,al caer Quilmes ante Gimnasia de Jujuy. A partir de esa caída,hilvanó una serie de 4 victorias consecutivas que serían vitalespara la clasificación final (2-0 a Instituto (local), 2-1 en Mendoza, 4-2 a Chicago y 4-1 en Junín). A falta de tres jornadas, sólouna pésima racha dejaría a Quilmes fuera de los dos equiposde la zona que pasaban a Cuartos. Este mal presagio comenzó a cristalizarse con la derrota 3-2 con River y ante Newell´s 0-2 en Rosario. De cara a la última jornada, Quilmes debía ganar, si o si, aGimnasia de Jujuy, sino esperar resultados. Fue victoria 3-1con goles de Acevedo y el veterano Miguel Angel Converti.Quilmes y los Mendocinos de Independiente Rivadavia eranlos clasificados para Cuartos de Final.






EL PLANTEL




Dirigidos por Roberto Rogel, para el Nacional 1982continuó en el club la base que había obtenido el ascenso a Primera el año anterior. Era un plantel compacto, duro endefensa, solidario por sus carencias técnicas, y alto en promediode edad. Solamente cinco jugadores eran sub-23: el rubio Néstor Frediani, Oscar Gissi, Víctor Martínez, Máximo Pizzarulli y Jorge Gáspari, quien con 23 años tenía un larga trayectoria, gol del título en 1978 incluído. El desequilibrio de aquel equipo estaba a cargo de sus dos veteranos wines: Mané Ponce y el Cholo Converti quienes abastecían al limitado Daniel Acevedo, un histórico del ascenso de los ´70s que tuvo su racha goleadora en aquel equipo cervecero.






LA RECTA FINAL DEL NACIONAL




Un hecho histórico será decisivo en éste Nacional, y habladel momento que estaba viviendo el fútbol argentino: Ningúnequipo grande se clasificó entre los ocho mejores. La suerte de Quilmes estuvo ligada a los colores rojiblancos.Unión y Estudiantes fueron los escollos para llegar a la final. El rival en Cuartos fue Unión de Santa Fe, con una delanteraque asustaba: Pichi Escudero y Ramón Centurión. Fue una serie aburrida, donde prevaleció la fuerza. En Santa Fe fueempate 1-1, en un partido en el cual Quilmes ganaba congol de Acevedo. La revancha en el Sur también finalizó pardaen un tanto, pero fue el Cervecero quién tuvo que buscar laigualdad, que consiguió con tanto de Converti. En los penalestodo se definió cuando el gringo Oscar Regenhardt desvió su penal, dejando a Quilmes en Semifinales. El Estudiantes de Bilardo, ni más ni menos, era el escollo en semis. La ida se jugóen los viejos tablones de Guido y Sarmiento, con triunfo 2-0del Cervecero. La revancha, se preveía, iba a ser un partidoduro. Se jugó bajo una lluvia invernal que le dio un matiz másdramático al partido. Parecía que Estudiantes se llevaba pordelante a Quilmes, pero a los 26´ de juego, Alejandro Sabella,cerebro pincha, salió lesionado. No sólo se emparejaron lasacciones, sino que el Cervecero aprovechó los espacios quedejó Estudiantes para meter una estocada que terminó en el1-0 final y el pase a una final largamente festejada y nuncasoñada por la enorme multitud de hinchas que acompañó aQuilmes al templo Pincha de 1 y 57.






LAS FINALES ANTE FERRO




Sin duda alguna, aquel Ferro dirigido por Carlos Griguol fueel mejor equipo de los primeros ´80s. Llegó a las finales delNacional 82 con un récord envidiable: invicto, con la delantera más goleadora y la defensa menos batida. Quilmes planteó ambas finales en forma defensiva. La primera final se jugó en el Sur. En una tarde lluviosa,Tocalli fue figura y salvó a Quilmes de una merecidaderrota. El empate brindaba alguna esperanza para ir a Caballito con ilusiones. Todas se desvanecieron. Con golesde la bruja Juárez y el burro Rocchia, Ferro ganó 2 a 0logrando su primer título profesional.
Quilmes estuvo a punto de lograr lo que Rosario Centralconsiguió cinco años después: Ascender de la B y lograren su primera campaña el título de Primera División.
Extraña parábola. Quilmes descendió en el Metro 82.




Pero dejemos esa historia para otro momento...



ESCRITO POR CARLOS AIRA


martes, 10 de junio de 2008

EL PEOR...LEJOS

Disculpen que comience éste artículo con una reflexión, algo no muy habitual en el periodismo deportivo: Si la justicia del tribunal de penas de la AFA fallara en forma equitativa para ricos y pobres, blancos o negros, River Plate debió sufrir la quita de 18 puntos por los incidentes ocurridos en cancha de Vélez, en la previa del encuentro ante Arsenal. No sólo no ocurrió. La sanción a River fue vergonzosa, por lo escasa y clasista: Clausura de la tribuna popular por dos jornadas. Los plateístas bien pensantes al
Monumental y los puntos quedaron bien resguardados.

No son lo mismo 40 puntos que 22 cuando se invierten millones de dólares en jugadores, ni "hinchas ejemplares" cuando algún desconsiderado declaraba en esos días que odiaba a la mayoría étnica de los Argentinos. Defendamos los valores, viejo.

Ofrecidas las disculpas por tamaña ofensa, ahora sí, analicemos al Campeón del Clausura 2008. Y les recuerdo que River fue campeón. Lo digo porque no se escucharon ni bocinazos, ni se sintió algarabía popular. Ni siquiera una minúscula guardia de fanáticos a ultranza en el obelisco para darle al parche un rato y decir presente. Nada de nada.

Una de las frases hechas más berretas del fútbol dice: "El campeón es el mejor". En el caso de éste River la campaña amerita vuelta olímpica: 12 ganados, 4 empates y sólo 2
derrotas. Entonces ¿Por qué el público Millonario, carente hace tiempo de alegrías, le dio la espalda al equipo?.

En primer lugar, estimo, por vergüenza ajena. Salvo los medios masivos de desinformación, nadie con capacidad de análisis puede dejar de soslayar lo anteriormente expuesto en el tema de la quita de puntos.

Por otro lado, el equipo dirigido por Simeone, a pesar de la interminable cantidad de victorias 1-0, no ingresa, ni calculo que ingrese en el corazón del hincha. ¿Por qué? Porque es un equipo a media agua. Juega, decididamente, sin un atisbo de belleza a los ojos de los viejos riverplatenses, que añoran tiempos de esplendor futbolero. Y le falta
coraje y corazón en las víceras de los nuevos hinchas. A esos que no les importa que se les retribuya con juego el valor de la entrada a cambio de "huevos". Por lo tanto jamás les van a perdonar la eliminación de la Copa.

En un mar de violencia en las tribunas, eliminación increíble en la Copa Libertadores, declaraciones altisonantes de jugadores, respuestas altisonantes de hinchas. River logró
su 33º campeonato profesional por una sencilla razón: El fútbol argentino está deteriorado por la mediocridad.

¿Mostró éste equipo alguna virtud para el recuerdo? Definitivamente, no. Nada de nada. ¿O recuerdan algún equipo millonario campeón, que haya sido recibido por su tribuna con una combinación letal de maíz e insultos, a falta de pocas jornadas de una eventual vuelta olímpica? Le ahorro el ejercicio de memoria: ninguno.

Convengamos que Ariel Ortega no está en su mejor momento. Ni en su vida profesional, ni personal. Le alcanzó para desnivelar en los momentos fundamentales. Él, junto al chiquilín Buonanotte (che, ¿no era que los petisos no pueden jugar?) y ese proyecto de gran jugador que es Abelairas (maneja los dos perfiles, no le tiene miedo al remate de media o larga distancia) marcaron diferencias en un equipo plagado de caras estrellas apagadas. Un equipo de estrellas que se salva por los chicos del club.
Otro fracaso de la gestión Aguilar.

Capitulo aparte para Carrizo. Apellido con historia gloriosa en el club. Le hizo homenaje aguantando un barco que se hundía en cualquier momento.

24 horas antes del triunfo y la vuelta olímpica riverplatense, otro grande como Racing se jugaba la permanencia en Primera. Los hinchas de la otrora Academia lloraron a moco tendido el exiguo triunfo que les permitía soñar una semana más con quedarse en Primera.

Hubo más emoción en Avellaneda que por Núñez.

Lógico, ¿no?