lunes, 1 de septiembre de 2008

Loco, ¡basta de pegarse!


85 minutos netos. Ese fue el tiempo concreto de fútbol que se vio en Argentinos-Racing y River-San Lorenzo. 37 en La Paternal y 48 en el Monumental. Si hubieras pagado 50 mangos por dos popas para ver ambos partidos, no hubieras visto en realidad ni uno.

Ambos partidos fueron insufribles. En el Diego Maradona la situación puede tener algún atisbo de explicación. Este Racing conflictuado, caótico en lo institucional, sin victorias en lo futbolístico, y con el promedio amenazante ya en la cuarta fecha, necesitaba una victoria como el agua. Encontró el gol a los 10 del PT gracias a un rebote dado por Torrico. Desde ese momento, en detrimento de cualquier tipo de plasticidad futbolera, la otrora Academia del buen juego propuso lo que propone el 90% de los equipos argentinos: lucha, golpes, presión. En definitiva, lo que vagamente la tribuna llama huevos.

En esa tortilla, Argentinos, un equipo habituado a buscar el arco rival por abajo (pregunten por Boedo), entró en la vorágine del palo a palo. Así fue como Peñalba, el mejor de la cancha, se dedicó a protestar, Pavlovich a correr a Yacob por toda la cancha para vengar un codazo del volante racinguista. Y de paso, pegó. Muestra gratís fue el trancazo de Sabia que mereció la roja de ése flojo arbitro que es Alejandro Sabino.

Alejandro Sabino, quién no iba a dirigir el encuentro, es responsable de lo sucedido. Si bien no me cae simpático el “castrillismo”, tampoco pueden terminar los once en un partido como él del sábado. Sabino, te sacaste el partido de encima como pudiste.

Más difícil es explicar lo de Nuñez. Habitualmente, River y San Lorenzo nos regalan partidos atrapantes. Es más, el último, el de Copa, fue un canto al fútbol. Por situaciones, variaciones en el marcador y emociones. Evidentemente quedaron resabios. Así y todo, no pueden, no sólo jugar tan mal, sino pegarse tanto. El primer tiempo fue patético, sobre todo si pensamos que River es el último campeón del fútbol argentino. Pero convengamos que de los equipos de Simeone, mucho no podemos pedir.

En los primeros quince minutos de partido, Diego Abal ya había sacado tres amarillas. Capitulo aparte para los últimos instantes del partido. Germán Voboril ingresó a los 34 del ST para aguantar el resultado. Se fue expulsado a los 43 por doble amonestación. Y la frutilla la puso el Gallego Méndez, un tipo que tiene 10 años de fútbol profesional. Esperó hasta el último minuto de descuento para darle una murra antológica al colombiano Falcao García, en represalia de vaya a saber uno que quilombo. Pocas veces se vio algo tan artero como premeditado.

10 amonestados en Argentinos-Racing. 11 amonestados en River-San Lorenzo. 2 Expulsados. Si ésta es la cuarta fecha, ni me imagino lo que va a ser cuando se estén jugando los garbanzos gordos.
Más Info: www.xenen.com.ar

No hay comentarios: